Calidad Certificada

Hace cuatro años apostamos por iniciar el camino de la calidad.

En un primer momento, nos sumergirnos en el conocimiento de una nueva terminología específica, con características propias. Poco a poco los procedimientos, registros e indicadores pasaron a ser parte de nuestro día a día. En nuestro caso, una consulta pequeña, un centro sanitario dentro de una institución deportiva no sanitaria, habilitado tal como lo contempla la normativa de la Consejería de Sanidad. Esta es la razón por la cual asumimos el compromiso de garantizar unos estándares de calidad en el servicio.

Cuidamos cada detalle, y el permitir que una persona externa pueda verificar que se cumple con cada uno de los requisitos que marca la actual norma de calidad del Ilustre CPFM, fue y es un desafío, y también una muestra de trasparencia. Intentamos hacer prevención, innovar en cada momento, crecer y mostrar lo mejor que la fisioterapia actual puede ofrecer.

Con los procesos de intervención al paciente, establecemos los criterios para una correcta atención. Desde el momento en que se le da la cita, llega a la consulta y se realiza la valoración inicial, pasando por la etapa de tratamiento y finalizando con el alta. Conocer de primera mano el grado de satisfacción del paciente nos ayuda a plantear acciones de mejora y, a través de las sugerencias, corregir aspectos de nuestro funcionamiento. Establecer las propias normas de limpieza nos obliga a un estricto seguimiento de su correcta ejecución. Así como la gestión adecuada de los residuos sanitarios peligrosos que generamos, como agujas de tratamientos miofasciales con punción seca. Con el programa de mantenimiento preventivo de los equipos, aseguramos una vida útil adecuada de los mimos y garantizamos que los tratamientos no se verán interrumpidos por algún fallo. Y con una adecuada gestión de insumos y materiales controlamos las cantidades para evitar roturas de stock. Toda la documentación que se genera en la consulta debe ser recopilada y archivada convenientemente, cumpliendo con toda la normativa vigente.

Uno de los aspectos más significativos de la aplicación de la norma de calidad es el seguimiento de los procesos, a través de una serie de indicadores que nos permiten medir aspectos claves de la atención al paciente. Así como establecer comparaciones en el tiempo, y poder plantear y planificar acciones de mejora.

En estos años, a raíz de esta información, hemos podido comprobar cómo ha ido incrementándose el porcentaje de pacientes que realizan ejercicio terapéutico hasta llegar al 67% del total de los atendidos (Gráfico 1).

Además, a través de distintas acciones de concienciación, el 76 % de los pacientes atendidos hacen deporte (Gráfico 2).

Por otra parte, el 69% de los pacientes asisten para realizar RPG (Gráfico 3).

Estos indicadores también nos permiten analizar lesiones y ver, por ejemplo, que el 26% del total de pacientes atendidos consultan con síntomas en el miembro superior dominante, y que este porcentaje se incrementa al 37.5% en los que juegan con frecuencia al pádel (Gráfico 4). Un 25% del total de pacientes atendidos, son aquellos que lo practican habitualmente (Gráfico 5).

Con el fin de hacer prevención y detectar factores de riesgos cardiovasculares (FRCV) creamos el Programa Cardio, del cual participan el 9% del total de pacientes atendidos. (Gráfico 6).

Hace cuatro años, pensamos que sería bueno poner por escrito y registrar nuestra forma de trabajar. En definitiva, un arduo proceso de observación, corrección y registro. Es sobre todo el resultado de la interacción, confianza y apoyo de un grupo que creemos y apostamos por una atención de calidad, personalizada, actualizada y humana, en definitiva, de persona a persona.

María de los Ángeles Ciarelli

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